'La Vieja Cuaresma'
Parece tener su origen en Europa Central, como representación gráfica del período de ayuno de la Cuaresma y las piernas servían a modo de calendario para contar el tiempo que transcurre entre el miércoles de ceniza y la Semana Santa. De hecho la tradición manda cortarle una pierna cada viernes. Cataluña y Baleares son las zonas en las que esta costumbre está más extendida.
La Vieja Cuaresma, coincidiendo con el período de ayuno de la Cuaresma, suele representarse con un bacalao en una mano y una cesta de verduras o una parrilla en la otra. La Vieja Cuaresma también tenía una función coercitiva de cara a los más pequeños, para que no comiesen carne durante estas fechas, si comes carne, vendrá la Vieja Cuaresma y se te llevará.
Canción de la vieja cuaresma:
Vieja Cuaresma, Vieja Cuaresma.
¡Ay!, que no puede caminar.
Tiene muchas piernas y se tropieza;
entre todos la tenemos que ayudar.
Le tenemos que quitar una,
Una, una, una, una…
Le tenemos que quitar una,
para que pueda caminar.
Se canta con la música de la cucaracha, y lo hacemos cada vez que le quitamos una pierna
Durante la Cuaresma hay que hacer una preparación espiritual para poder llegar a entender el verdadero significado de la Semana Santa. Esto lo podemos llegar a interiorizar haciendo un poco de abstinencia, penitencia, compromiso, revisión de nuestros actos, reflexión...
Los 40 días o 7 semanas de reflexión y compromiso se representan en el personaje de la Vieja Cuaresma, es una mujer viejecita y arrugada con un pañuelo en la cabeza y una característica muy peculiar: tiene 7 piernas, todas distintas, representa cada una las semanas que faltan para la Semana Santa.
Su misión es hacer pensar cada semana un propósito.
Ejemplos de propósitos:
Trabajar en silencio.
Respetar el turno de palabra.
No pelearse ni pegarse en el patio ni en el parque.
Compartir los juguetes.
Ser ordenados con nuestras cosas.
Mantener limpia y recogida la clase del colegio .
Ayudar a los compañeros.
Y en casa . ¿Qué propósitos se os ocurren?
Vamos a leer una historia "Don Carnal y Doña Cuaresma"
Hace mucho, mucho tiempo, en un lejano pueblo gobernaba don Carnal, el rey del Carnaval. Todos los años, por estas fechas, aparecía disfrazado y permitía a todo el mundo divertirse de la manera que cada uno quisiese. Y todos, como si estuviesen embrujados, lo hacían. Unos pasaban días y noches bailando, otros aprovechaban para disfrazarse y cometer fechorías ocultos tras sus mascaras, algunos hacían batallas de naranjas, tomates y huevos, y había quienes comían y comían sin parar, también les daba por gastar bromas pesadas a los demás…Como veis, lo que iba a ser algo divertido, acabó convirtiéndose en algo desordenado y peligroso. Todo este jaleo no gustaba nada a Doña Cuaresma, que era una vieja de siete piernas, poco comedora y nada amiga de tanta fiesta. Ella siempre lo advertía: “Esto no es bueno, se desperdicia mucha comida, las bromas son muy peligrosas, se cometen muchos robos… Hay que parar todo esto o va a ocurrir alguna desgracia”. Don Carnal no hacía caso alguno: “¡Bah!, eres una vieja sosa, aburrida y envidiosa. ¡Vete a tu casa a comer tu bacalao y deja nos divertirnos!”. En vista de que Don Carnal no le hacía ni caso y temerosa de que algo grave ocurriese, Doña Cuaresma decidió luchar contra el reinado de Don Carnal a su manera. Mientras él trataba de llevarse a la gente de fiesta y les animaba a cometer maldades: robar chuches, correr por los pasillos, jugar al balón en las casas, pellizcar a los amigos, tirar papeles de todos los colores a la calle, hacer grandes banquetes y comilonas tirando a la basura lo que sobraba, cantar en la biblioteca… Ella intentaba deshacer el embrujo, convencerles que aquello no era bueno, había que tranquilizarse. Muchos días estuvo Doña Cuaresma intentando que la gente lo entendiese, porque, atraídos por tanta diversión, se dejaban llevar por Don Carnal. Pero poco a poco, quizás cansados ya de tanta fiesta, los habitantes del pueblo se fueron poniendo del lado de Doña Cuaresma, hasta que no quedó nadie que siguiese a Don Carnal, que se encontró sólo y aburrido. Cuando todos se dieron cuenta de los destrozos, la suciedad y los robos que se habían cometido, declararon a Don Carnal culpable de todo ello y le impusieron un castigo: sólo podría comer espinas de pescado y espinacas durante los cuarenta días que durase el reinado de Doña Cuaresma. Durante esos cuarenta días, como habían desperdiciado tanta comida, tendrían que comer sopas con aceite, agua y verduras y sólo los domingos podrían comer pescado, y es por ello que, para poner fin al reinado de Don Carnal, celebraron el “Entierro de la sardina”, con la sardina enterraron las maldades cometidas y comenzaron una nueva vida en la que tendrían que recuperarse de tanta diversión inconsciente y arreglar los destrozos producidos, aprendiendo a convivir y divertirse en paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario